Por Gabe Martin

Hablar del “Gusano” Rodman es referirnos a una de las figuras más emblemáticas de la NBA. Este extraordinario jugador de personalidad controvertida es recordado por haber formado parte de los Bad Boys de los Pistones de Detroit junto con Bill Lambeer, Joe Dumars, Isiah Thomas, John Selley, etc., comandados por Chuck Daly. Y también por sus grandes logros en el basquetbol: fue campeón con Detroit (1989 y 1990) y Chicago (1996,1997 y 1998); Defensivo del Año un par de temporadas, miembro del Equipo Defensivo del Año en 7 ocasiones y rey de los rebotes el mismo número de veces.

Dennis Rodman un chico tan malo como quiso ser

Sin embargo, también es inevitable recordarlo por su romance con la estrella del pop, Madonna; por su actuación en cine al lado de Jean-Claude VanDamme, por sus tatuajes, por su cabello pintado de diferentes colores y por su irreverencia ante cualquier persona con la que no estuviera de acuerdo (recordemos que habló pestes de Gregg Popovich y de David Robinson cuando salió de los Spurs de San Antonio luego de haber jugado dos temporadas con el equipo).

También tuvo problemas con el entonces comisionado de la NBA, David Stern, y en 1994 durante el NBA Challenge en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, fuimos testigos de sus arranques cuando, en el juego contra Seattle, fue penalizado con un faul técnico y su entrenador lo reprendió, a lo que Rodman enfurecido se sentó en el banquillo, se quitó los tenis y los aventó con gran fuerza.

Dennis Rodman un chico tan malo como quiso ser

Dennis tuvo una infancia difícil, fue un joven tímido y poco popular y como lo expresó en su autobiografía “Malo como quiero ser”, lanzada en 1996, se consideraba una persona real, con experiencias reales, que trabajó en un 7-Eleven, que vivió un tiempo en la calle, y no alguien que había sido diseñado en una oficina de la NBA.

Admirado por muchos y odiado por otros, el ex 91 de los Toros (que por cierto, escogió ese número porque decía: “¿cuáles son los primeros dos dígitos que marcas cuando estás en una emergencia?”) puede presumir haber jugado con los mejores de su época y ser campeón -algo que no muchos logran-. Su jersey con el número 10 fue retirado por los Pistones de Detroit e ingresó al Salón de la Fama del Basquetbol en el 2011.

Sin duda alguna, Dennis Rodman es sinónimo de furia y entrega, misma que se reflejó más allá de las duelas.

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