Un día para lucirse y disfrutar.

Con ustedes la Selección Mexicana de Basquetbol… con esa frase deberían presentar a México al momento de salir a la duela este sábado cuando enfrente a Estados Unidos, ante los ojos del mundo no hay posibilidad de que el equipo mexicano derrote a la escuadra norteamericana, si eso pasara, sería una de las hazañas más grandes en la historia deportiva de nuestro país y uno de los fracasos más grandes para el basquetbol de Estados Unidos.

Pero lo verdaderamente importante para México, es que finalmente el mundo del basquetbol podrá saber que existimos. 40 años tuvieron que pasar para volver a un mundial, el objetivo se ha cumplido, avanzar a la segunda ronda era una meta realista y se consiguió. Quizá se pudo haber luchado por ubicarse en el tercer puesto y evitar así al primer lugar de ese grupo, pero haríamos mal si exigiéramos más a este grupo de jugadores que desde hace un buen rato se ha partido el alma por poner en alto el nombre de México en cualquier lugar donde han jugado, no importado las carencias, los problemas extra duela y todos los contratiempos a los que se han tenido que enfrentar.

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En el juego frente a Estados Unidos toca disfrutar, salen como victimas, pero la verdad es que este juego es un ganar-ganar para el equipo del coach Valdeolmillos, si ganan habrán dado una de las grandes campanadas de la historia, si pierden era lo esperado y nadie podrá juzgarlos, obviamente hay manera de perder y estamos seguros que la mentalidad de este grupo no es salir a cuidar que no te metan 50 puntos, este equipo seguramente saldrá a luchar, a entregarse y a buscar pelearle de tu a tu a la máxima potencia del basquetbol en el mundo. El resultado quedará en manos del destino.

Llegar a la ronda de octavos de final es un gran paso pero no diría que para nuestro basquetbol, es un logro de estos jugadores y lo ideal sería que este ejemplo de lucha sirviera para finalmente sentar las bases de una nueva era en nuestro basquetbol. Es cierto, hay directivos que han apoyado este proceso y al equipo varonil en especial, pero la selección es el último escalón de la pirámide, se necesita trabajar desde abajo, con los niños, con los entrenadores, con las preparatorias y universidades, con los directivos, limpiar de viejos vicios el basquetbol y dejar atrás a personas que llevan años sin ponerse de acuerdo, personajes que “trabajan” desde su trinchera para su beneficio personal y se olvidan que  el más importante es el basquetbol como deporte y no su organización, equipo,  liga o torneo, pues si el basquetbol camina, caminan todos los que forman parte de el.

Si no se aprovecha y se comienza a trabajar de manera efectiva, honesta y ordenada, de nada servirá lo que se ha ganado con el desempeño de la Selección Nacional en los últimos meses. Hace más de un año se reunió “la familia del basquetbol” y ante un auditorio repleto de directivos se acordó luchar por la unión de este deporte, han pasado varios meses desde aquel 24 de julio del 2013 y no se ven muchos cambios, ojalá pronto se vea una verdadera luz que alumbre el camino del basquetbol.

Por lo pronto, éxito a la selección y gracias por regresar a México al mapa mundial del basquetbol, es algo que algunos nunca habíamos vivido y esperemos que este tipo de alegrías se repitan más seguido.