Por Raúl E. Camargo Hernández

Tal vez muchos de ustedes, estimados lectores, no hayan escuchado nunca sobre Grant Hill, lo cual no sería raro, ya que desde casi 4 años su carrera deportiva se ha visto afectada por una serie de desafortunadas lesiones. Sería difícil tratar de explicarles sobre su habilidad para pasar, driblar o tirar (lo que los expertos llaman “la triple amenaza”), o que sin importar su estatura podía, y puede, fácilmente como armador, ala o delantero pequeño. Sí, antes de que llegará la Vincemania o de que Kobe se subiera a un pedestal, ya existía alguien quien muchos consideraban el único sucesor de MJ y que saltaba como él.

Un jugador con un liderazgo innato que no sólo lo convertía en la opción ideal para meter ese tiro de último segundo, sino que también era capaz de levantar el nivel de sus compañeros de equipo. Tal vez no sería necesario que les hablara sobre él, pero será sólo con el propósito de crear una imagen fresca en sus mentes del actual número 33 del Orlando Magic, nunca para ponerlo en archivo muero. Fans de Orlando y amantes del deporte ráfaga estén atentos: Grant Hill está vuelta y quiere jugar basquetbol.

Después de 6 años como All Star en Detroit, Grant decidió mudarse a la Magia de Orlando, quienes esperaban que con su adición y la se T-Mac, la franquicia regresara a los altos vuelos los que Anfernee Hardaway y Shaquille O’Neal los habían dirigido alguna vez. Desgraciadamente, los esfuerzos de Hill serían cortados de tajo por el regreso de la lesión. En su primer año en Orlando, sólo jugó 4 partidos y aunque los fans no se olvidaron de él eligiéndolo para iniciar el cuadro titular del Esta en la edición 2001 del Juego de Estrellas, la lesión no le permitiría jugar.

Sería precisamente en enero de 2001 cuando Hill se sometió a una segunda cirugía en un periodo de recuperación de 9 meses para tratar de regresar sano a su segunda temporada con el Magic. En esa campaña, Grant iniciaría sintiéndose bien, cosa que se reflejaría en su juego. En 14 partidos lideró al equipo con cinco dobles dobles, pero en noviembre empezó a sentir de nuevo el dolor en su tobillo. Diversas pruebas y rayos X mostraron la existencia de una astilla de hueso en el tobillo, por que fue necesaria una tercera cirugía.

#TBTVB: ¡Grant, levántate y anda!

Al siguiente año, la historia sería la misma: Hill comenzaría jugando 29 partidos como titular, promediando 16.8 puntos, 8.9 rebotes y 4.6 asistencias por partido. Sin embargo, mientras la temporada avanzaba, la molestia regresaría y después de consultar con un grupo de médicos, Grant tomó la difícil decisión de someterse a una cirugía por cuarta vez, en marzo del 2003. El proceso consistió en remover tres tornillos que habían sido colocados previamente en el tobillo, la eliminación de todo el hueso no unido y la aplicación de placas de acero con nuevos tornillos para reforzar la parte de la fractura. La siguiente temporada, la 2003-04, Grant Hill no pisó las duelas en un solo momento, sacrificando la temporada en busca de una recuperación definitiva.

Ha pasado mucho tiempo. Todo mundo sabe que el equipo al que Hill está a punto de reunirse no es remotamente el mismo al que se unió hace 4 años, pero lo mismo se puede decir de él. Grant es un hombre fortalecido por sus experiencias ¿Qué muestra más clara de motivación y coraje puede demostrar alguien que pasó por cuatro cirugías que continuando con su sueño de reincorporarse con su equipo? ¿Pero alguien puede siquiera recordar como luce Hill sano? No ha jugado un partido de cancha completa en casi un año.

“Cometí el error de querer regresar muy pronto en ocasiones anteriores. Esta vez he sido muy cauteloso, si existiera alguna duda no lo haría, no después de todo lo que he pasado”.

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