Con la llegada de DeMarcus Cousins a los Golden State Warriors para la temporada 2018-19 el panorama lucía como un campo repleto de tulipanes de múltiples colores hasta el infinito, se avizoraba un campeonato más para el equipo que ha acaparado talento en los últimos años en la NBA. Pero todo acabó en un amargo despertar a media madrugada, con la ropa empapada en frío sudor.

Todo empezó con que el equipo no tuvo el mejor récord de la temporada regular (57-25), pero sí de la Conferencia del Oeste, y aunque algunos creían que eso no importaba porque ‘iban a llegar enteros a las Finales’, el resto de la Liga no se ha quedado cruzada de brazos, el sistema de juego de los Warriors, que tantos corazones rotos y desazón causó sobre todo a los equipos del Oeste, ha pasado por el microscopio con la finalidad de entenderlo y, como si de una enfermedad grave se tratara, buscar una cura.

La devastadora lesión de rotura de tendón de Aquiles de Kevin Durant en el Juego 5 de las Finales de la NBA, cuando estaban al borde de la eliminación, ocurrió tan solo 32 días después de una previa en la pantorrilla que derivó en la catástrofe para el dos veces MVP de las Finales. KD quedó muy molesto con el equipo por la información que le dijeron, que era que ‘no corría riesgo’ de recaer o resentirse si volvía, con la finalidad de ayudar a su desvalido equipo.

Varios reportes indican que Durant está muy molesto por la manera en la que se manejaron las cosas. Algunos podrían decir que KD es responsable en parte, pero él tomó una decisión de acuerdo a lo que los especialistas médicos le dijeron, él confió en ellos y por eso él decidió darle luz verde a volver a las canchas a ayudar a su equipo. Aquí charlamos previamente del tema y el pasado domingo Durant, quien se perderá la temporada 2019-20 por recuperarse de su lesión, decidió firmar por los Brooklyn Nets, y con él se fue el agente libre Kyrie Irving tras dos temporadas de claroscuros y desazón con los Boston Celtics.

Este panorama de no tener a Durant agudizaba la situación de Golden State, equipo que también perdió por lesión en las Finales a Klay Thompson y cuya lesión (ligamento cruzado, rodilla izquierda) lo mantendrá fuera de circulación hasta marzo de 2020, lo que significaba adversidad inevitable para el equipo que había dominado la NBA los últimos cinco años. Es aquí cuando aparece D’Angelo Russell.

Para D-Lo, como también se le conoce al otrora prospecto de los LA Lakers, la justicia no imperó en Brooklyn. Russell compiló su mejor campaña como profesional en sus cuatro temporadas en la NBA, con máximos totales en minutos (30.2), partidos jugados y titularizados (81), porcentaje de tiros de campo (.434), porcentaje de triples (.369), asistencias (7.0) y puntos (21.1). Son precisamente estos números los que lo llevaron por primera vez a ser elegido al Juego de Estrellas de la NBA, confirmando su ascenso como un jugador de mayor calibre y definitivamente un codiciado agente libre.

Russell, de apenas 23 años, firmó un pacto por cuatro temporadas y 117 millones de dólares con Golden State pero sucede que D-Lo juega exactamente la misma posición que Thompson. Para cuando Klay regrese, quizás D’Angelo ya haya establecido una buena química-conexión con Stephen Curry, Draymond Green y compañía, pero eso va a causar un conflicto en la posición de ‘2’ o shooting guard.

A Klay los Warriors le ofrecieron un contrato de los llamados máximos, válido por cinco temporadas y 190 millones de dólares. El mensaje es claro, Klay es de casa, es forjado en la organización de Golden State, pero D-Lo era una tabla de salvación ante la pérdida de Durant, un seguro para tener algo para el futuro, como moneda de cambio.

D’Angelo Russell, ¿tabla de salvación para los Warriors o una movida desesperada?

Algunos expertos hablan de que incluso en el transcurso de la misma temporada entrante D’Angelo podría ser canjeado, dejando un buen espacio en el tope salarial para Golden State y apostarle a otro agente libre en el receso de temporada y con miras a 2020-21 e intentar mantener a estos Warriors como un contendiente eterno en la Conferencia del Oeste, pero este lado de la NBA ha tomado un nuevo rostro y quizás no volvamos a ver a los Warriors como el equipo a vencer en mucho tiempo.

Lo que es una pena es que un jugador en pleno ascenso, en franco repunte de maduración, y si sigue trabajando con la misma ética como lo hizo en Brooklyn en 2018-19, no tenga la oportunidad de establecerse pero oportunidades no le van a faltar cuando a los Warriors no le parezca ya una pieza útil, mientras tanto, deberá aprovechar la vitrina de Golden State mientras regresa Klay y luego ver cómo se adapta, pues el mensaje es claro, los Splash Brothers llevan la mano en lo que será el nuevo Chase Center y D-Lo está de paso.

 

* Los comentarios y opiniones no necesariamente reflejan la opinión de los editores.

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