Los Warriors de Golden State vivieron un juego número seis por demás especial en estas Finales de la NBA. No sólo se trató del último juego en la duela del Oracle Arena, sino que también era un juego de matar o morir en el que la gallardía salió a relucir en uno de sus valuartes, Klay Thompson. Tras una primera mitad de 18 puntos, Thompson explotó en el tercer cuarto para anotar 12 unidades que le ayudaron a los Guerreros para darle la vuelta al marcador. Un momento de gran drama se vivió cuando Klay cayó de forma descompuesta ante la marca dura de Danny Green.

De inmediato, Klay se tomó la rodilla y el Oracle Arena enmudeció al ver los gestos de dolor de su Guerrero. Thompson tuvo que salir de la duela con ayuda de sus compañeros, sin embargo, de forma heroica, Klay dio la vuelta para regresar a la cancha y cobrar los dos tiros libres que le correspondían.

Thompson se convirtió en un héroe sin capa para los Warriors, aunque no tardó mucho en regresar al vestidor para ser revisado a detalle por el médico del equipo. La pregunta hecha por su padre y los médicos era “¿escuchaste un pop?” Klay negó haber escuchado un ruido extraño en su rodilla. Por precaución, el jugador número 11 de los Guerreros no regresó a lo que restaba del partido y tuvo que ver desde el hospital como los Warriors perdieron el título de la NBA. Aún sin ver minutos en el cuarto parcial, Klay Thompson fue el máximo anotador de los Warriors.

Al finalizar el partido, se confirmó una noticia que sin duda lastima a la comunidad de la NBA en general.

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