Aficionados de los Warriors, si no quieren leer críticas de su equipo a pesar de que ganaron, es el momento para irse, pero si tienen la piel algo más gruesa, y un amplio sentido crítico, entonces sean bienvenidos.

No deja de haber un insoportable dejo de arrogancia en la actitud de los Warriors, aunque en el fondo saben que corrieron con mucha fortuna, esquivaron una bala que iba directo al pecho. Dijo Stephen Curry al término del juego: “Cuando llegas a esta etapa nuestro ADN aparece. No es algo que se nos haya ocurrido para tener lindas camisetas para darle a la gente en Oracle Arena y un ardid publicitario”, refiriéndose al eslogan de ‘la fuerza en los números’ (strenght in numbers). “Es literalmente la manera como nos enfocamos cada día desde el campo de entrenamiento en junio. Nos apoyamos entre todos, la manera en la que nuestros compañeros están listos todo el año, eso demuestra a lo largo de la temporada”.

¿Qué tan probable era que los Warriors ganaran con un triple de Andre Iguodala, un triplero de 33 por ciento de eficacia en largo rango este año? Cabe decir que en los últimos cinco minutos del partido, esa fue la única canasta que consiguió Golden State, la única.

Pero, si bien es cierto que no se le debe restar mérito a Golden State en el costado defensivo, ¿cuántas veces en un partido de NBA en el que se involucre un equipo con el talento de Toronto tiene un comienzo de mitad, o periodo tan pero tan miserable? Esto es flor de un día.

Pero ¿qué pasó en ese tercer cuarto de miseria para Toronto? Esta es la recapitulación de las 13 posesiones de los Raptors antes de que quebraran la sequía que les costó el partido.

El tercer cuarto de la perdición para Toronto

  1. Kawhi Leonard falla un triple (11:15)
  2. Danny Green da un mal pase y pierde el balón (10:53)
  3. Kawhi falla doble de rango corto (10:20)
  4. Marc Gasol comete falta ofensiva (9:55)
  5. Kyle Lowry pierde el balón con Iguodala(9:31)
  6. Lowry pierde el balón con Curry (9:20)
  7. Gasol falla triple (9:09)
  8. Siakam recibe tapón en intento de tiro de Iguodala (8:20)
  9. Falta ofensiva de Gasol (8:16)
  10. Fred VanVleet falla triple (7:48)
  11. Siakam es bloqueado por DeMarcus Cousins (7:22)
  12. Siakam falla flotadora desde la pintura (6:44)
  13. Fred VanVleet mete un triple (6:20)

Una simple pregunta luego de estas cuantas: honestamente, ¿quién puede salvar un partido con un lapso tan grande y malo como este?

En ese lapso de 12 posesiones de terror para Toronto, los Warriors anotaron 18 puntos sin respuesta, Nick Nurse quemó dos tiempos fuera y se vio a un equipo que estaba sin brújula, sin rumbo, y para aquellos que criticaron a LeBron James por de pronto no saber para dónde virar el timón ante Golden State, Kawhi ya también tuvo su prueba y no la superó, dejando claro que no es fácil lidiar con un equipo que en su núcleo ha jugado por años de manera conjunta y esa química es la que los ha ayudado a salir a flote en muchas ocasiones.

Muchos dirán que Kevon Looney quedó fuera de combate pronto en el partido, aunque su ausencia quedó opacada por el regreso de Cousins y un par de atinadas intervenciones de Andrew Bogut, es decir, no se le extrañó.

También se puede poner sobre la mesa la ausencia de Klay Thompson una buena parte del tercer cuarto y el resto del partido, sobre todo siendo la pieza que mantuvo a flote a Golden State en el primer cuarto con 11 puntos y que acabó con 18 al medio tiempo, él sí fue extrañado y mucho, en buena medida la sequía de la segunda mitad del último cuarto.

Toronto se recuperó, hizo un magnífico trabajo de no rendirse, de no bajar los brazos y con un triple de Danny Green restando 26.9 segundos que puso el marcador 106-104, todo parecía indicar que venía la remontada, al menos el empate y forzar al tiempo extra. Pero en la siguiente posesión los Warriors no apelaron a la fuerza de los números, Shaun Livingston no quería la papa caliente y ¿qué pasó?

Mientras un par de defensivos estaban, y con justa razón, encima de Curry o al menos cercándole el acceso al balón, un triplero mediocre a lo largo de su carrera y un jugador con la suerte de gozar de libertades en un equipo en el que no tiene que cargar la presión de ser el referente (algo con lo que no pudo lidiar cuando se supone era la referencia de los Philadelphia 76ers entre 2004 y 2012) se quedó solo, tan solo que incluso dudó si jalar o no del gatillo mientras todo corría en cámara lenta.

Cuando se hizo el silencio tras el triple de Iguodala, restando 7.0 segundos en el reloj del partido, los Warriors, por más que insistan, no apelaron a la fuerza de los números, esquivaron una bala que iba directo a su pecho.

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