El basquetbol está lleno de grandes historias de esfuerzo, sacrificios y muchas lágrimas, todo con el fin de estar en la duela y jugar este deporte que mueve masas. Shaun Livingston es uno de esos casos de esfuerzo y persistencia, el jugador que resultó ser el más valioso en el primer juego de Las Finales de la NBA.

Nacido en un pequeño poblado de Illinois, Livingston se convirtió en la estrella del equipo de su preparatoria, de ahí dio el gran salto a una de las universidades con mayor tradición deportiva en EE. UU: Duke. Tuvo un gran desempeño en los Blue Devils, mismo que lo llevó a llamar la atención de Tim Grover, famoso por ser el preparador de Michael Jordan y Kobe Bryant.

Los Clippers fueron los que lo seleccionaron en el 4 puesto del Draft de 2004. Una de las características de Shaun Livingston que llamó la atención de los cazatalentos fue su estatura de 2.11 m pasaba el estándar para un base. Con el cuadro angelino tuvo una gran participación en sus primeras temporadas, hasta que el 26 de febrero de 2007 vivió una tragedia dentro de la duela del Staples Center.

Livingston robó el balón y se enfilo para dejar una bandeja de trámite para otorgarle 2 puntos a su equipo, al caer se destrozó la pierna izquierda en una de las lesiones más escalofriantes de la NBA en últimos años. El resultado fue la rotura de los cuatro ligamentos de la rodilla izquierda. El anterior cruzado, el posterior cruzado, el lateral y el interno. Se dislocó el fémur, la tibia y el peroné. Este accidente no solo puso en riesgo la carrera de Shau, su pierna misma corría el peligro de ser amputada.

Después de una dolorosa recuperación que lo dejo en la banca la temporada 2007-08 y 2009. Los problemas físicos que aun lo que aquejaban, aunado a la falta de confianza por parte de los equipos sólo vio actividad en 12 partidos. Memphis, Houston, Miami y hasta los 66ers de Tulsa de la Liga de Desarrollo fueron algunos de los equipos en los que desfiló durante cuatro largos años.

Fue hasta que llegó a Cleveland cuando recupero la confianza y comenzó una nueva vida. 49 juegos con los Cavs fueron la base para llegar a Brooklyn donde dio inicio su resurgimiento. Con los Nets tuvo un gran desempeño, llegó a los playoffs y terminó como titular junto a Deron Williams. Parte importante fue la confianza que Jason Kidd le brindó al dejarle disputar 26 minutos por partido, su mayor cantidad de tiempo de juego desde los Clippers.

El verano de 2014 trajo buenas noticias. Firmó un contrato por tres temporadas con los Warriors de Golden State, este fue su primer acuerdo multianual en la NBA desde que llegó a los Clippers. Esa fue una prueba de la confianza que la franquicia californiana tenía en el enorme base.

Hoy, se ha convertido en un relevo de lujo para los Warrriors, una pieza más de esta maquinaria moderna. El renacer de Shaun Livingston es un ejemplo de esfuerzo, la fe y la pasión por perseguir sus metas que en este momento se encuentran más cerca que nunca.

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