Cuando dio inicio mi afición por el basquetbol, Kobe Bryant ya estaba ahí, siendo estrella de una constelación llamada Lakers de Los Angeles. Junto a Shaq logró conquistar a todo el planeta, no sólo se necesita tener habilidad, la simpatía y el carisma también juegan un papel importante en la vida de un atleta, Kobe la tiene de sobra. No es como LeBron James, a quien amas u odias; hasta el día de hoy no conozco una persona que odie a Black Mamba y hable pestes de él. Espero nunca encontrarlo.

Hasta siempre, Kobe Bryant

Al momento del anuncio de su retiro, hace ya casi 5 meses, parecía precipitado, muchos no lograron asimilarlo por algunos días. Es difícil decir adiós, sobre todo a alguien que ha otorgado su vida a una actividad que nos entretiene, nos llena de alegrías y tristezas. A pesar del dolor, de la frustración o el cansancio, fue un profesional siempre que fue requerido en la duela.

La carta “Querido basquetbol” nos llenó los ojos de lágrimas, fue como la crónica de una muerte anunciada, no fue instantánea, solo nos sirvió para prepararnos para cuando el momento llegué. Que considerado de su parte, bien pudo dejarnos a ciegas y al final de la temporada decir adiós. De forma considerada nos brindó la oportunidad de rendirnos a sus pies, de hacer miles de homenajes, mensajes y fotos que durante este tiempo han llenado sus bandejas de correo y notificaciones telefónicas.

Sí la pelota hablara, los vestidores y duelas del mundo pudieran escribir, seguro te retribuirían las palabras que con tanto cariño les brindaste en esa carta que dio inicio al final de tu carrera. Ojalá se la hubieras leído a tus compañeros de equipo, así se darían cuenta de lo ingratos que son al dejar que tu despedida sea en un equipo sin alma. Solo son un puñado de jóvenes que no entienden la pasión por un deporte.

Hoy me siento afortunado de tener este espacio, de poder escribir estas líneas llenas de respeto y admiración hacía un gran jugador. Se acaba la carrera de Kobe Bryant, comienza la leyenda de Black Mamba. Aquel chico que desafió las reglas y decidió presentarse al Draft a pesar de no haber ido a la Universidad, hoy en día es una figura, una de las más grandes que han pisado la cancha de basquetbol.

El Staples Center de Los Angeles será testigo de la despedida de Kobe, llegó a tierra firme después de una larga travesía en el barco de los Lakers. El plazo se ha cumplido, se apaga una de las estrellas del cielo californiano, ese que tuvo una constelación que hizo del basquetbol un deporte maravilloso, ese que hoy en día se encuentra en penumbras. Kobe Bryant es ahora una estrella fugaz, tal vez no la veamos más, pero sabemos lo afortunados que somos de haberla observado, aunque sea por un instante en este tiempo eterno. Hasta siempre, Kobe Bryant.

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