Una victoria bastaba para igualar la marca, sin embargo el reto lucia complicado pues enfrente tenían a un equipo que ya los había hecho sufrir demasiado apenas el fin de semana pasado, el Thunder de Oklahoma City representaba la esperanza de muchos aficionados que creían que Golden State no sería capaz de llegar a 44 victorias consecutivas como locales, gran decepción para ellos. Los Warriors empataron a los Bulls de Jordan al derrotar al Thunder 121-106 y volvieron a dar un golpe de autoridad para dejar claro que hoy por hoy son un equipo prácticamente invencible.
Kevin Durant y compañía pelearon muy bien hasta el último cuarto, después vino la debacle, pérdidas de balón, fallas frente al aro y un Stephen Curry que de nuevo se encargó de guiar su equipo en la recta final del partido para terminar como el mejor anotador con 33 puntos y llevar a los Warriors a su victoria número 55 de la temporada, triunfo especial pues con él logran empatar esa marca que parecía inalcanzable impuesta por los Chicago Bulls entre 1995 y 1996 ligando 44 triunfos consecutivos como local.
Los Warriors buscarán implantar una nueva marca el próximo lunes frente a Orlando, si derrotan al Magic en la Oracle Arena, Golden State habrá agregado otro récord más a su colección, por lo pronto después de 60 partidos, son el mejor equipo de la historia y el siguiente reto es superar las 72 victorias de aquellos Bulls de la campaña 95-96, cosa que hoy por hoy parece muy factible.
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