El 26 de diciembre de 1976 se recuerda como la fecha en que más robos se presentaron en un partido, este record lo tiene Larry Kenon, quien logró la asombrosa cantidad de 11 robos en un solo partido de la NBA. Empezó su carrera con San Antonio Spurs, en donde le fue bastante bien, pero después de la temporada de 1980-81 con Chicago Bulls su carrera fue en picada.
Varios años después, en 1999 otro ladrón igualó la marca de Kenon, su nombre Kendall Gill, quien empezó su carrera con los Charlotte Hornets y fue elegido en el mejor quinteto de rookies, después de esto no pasó realmente mucho con su carrera y se retiró con los Bucks, cuando esto pasó, se dedicó al boxeo, entrando los circuitos profesionales y ganando las tres peleas que disputó.
A pesar de que ambos tienen el record histórico de más balón robados en un partido, estos ladrones de la duela no sobresalieron tanto como se hubiera esperado, tal vez ese día se levantaron con el pie derecho.
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