Esta vez vamos a recordar el paso del mejor jugador de todos los tiempos por la Liga española en el año de 1990.
El Escolta de Brooklyn, nacido en 1963, fue uno de los grandes íconos del basquet, ganando un total de seis anillos de la NBA con los Chicago Bulls (en dos etapas distintas) y consiguiendo muchos más galardones: Campeón de la NCAA, seis veces elegido MVP de las Finales, cinco veces MVP de la Temporada, catorce veces All-Star, once veces máximo anotador de la NBA, dos veces Medallista olímpico (ambas de Oro), once veces en el Mejor Quinteto de la NBA, mejor defensor del año, Rookie del año, dos concursos de mates, Hall of Fame, mejor promedio anotador en una carrera en la NBA (30.1 puntos por partido) junto a Wilt Chamberlain y podríamos seguir seguir y seguir.
Lo que no todo el mundo recuerda es que justo antes del inicio de la Temporada 1990-1991 (curiosamente en la que se coronaría Campeón de la NBA por primera vez) Jordan jugó en la ACB en el partido de presentación de la Competición ante los aficionados.

Cuando Su Majestad jugó en la Liga ACB por viva basquet
Fue el 30 de agosto de 1990, una multitud de nueve mil personas llenaban hasta los topes el Palacio de los Deportes de Barcelona. La atención de todo el mundo estaba centrada en una estrella de la NBA, invitado de honor de la Liga ACB para el partido de presentación de la competición española. Todo mundo estaba ansioso de ver a Michael Jordan.
Hubo grandes colas en las taquillas del Pabellón y hasta aficionados sentados en las escaleras y de pie en las zonas de vestuarios. Nadie quería perderse la presencia de Su Majestad jugando en España.
Tras seis temporadas en la NBA, Jordan se había convertido en una de las grandes estrellas del basquet a nivel mundial, batiendo el año anterior su récord de puntos en un partido (69) ante los Cleveland Cavaliers, y haciendo que su equipo, los Chicago Bulls, fueran una de las sensaciones de la mejor liga de basquet del mundo.
El famoso equipo de Illinois no había logrado dominar aún la NBA, siendo batido en los Playoffs por los Boston Celtics y, sobre todo, por los Detroit Pistons, sus grandes enemigos, Michael Jordan era el mejor anotador de la NBA y una de las grandes referencias de la liga norteamericana, esperando poder tomar el poder de la NBA, algo que haría muy poco tiempo después.
Estamos hablando de algo más que un partido amistoso, de un encuentro de exhibición, una fiesta para el basquetbol español que esperaba dejar un buen recuerdo en los aficionados y empezar con buen pie la Temporada 1990-1991.

Cuando Su Majestad jugó en la Liga ACB por viva basquet
Junto a un gran elenco de estrellas basqueteras de España, Michael Jordan era el gran reclamo del partido, y todo el mundo esperaba para poder observar detalladamente cada uno de sus movimientos y ver a uno de los mejores jugadores de la NBA jugando en España.
Se comenzó anunciando cada una a las grandes estrellas de la Liga ACB, dejando para el final el anuncio de Michael Jordan, esperado por todos, ya que era la primera vez que Su Majestad se veía en España.
Michael Jordan no sólo no defraudó, sino que dejó a todo el basquetbol español y a los seguidores del deporte del balón naranja más que impresionados. MJ no podía hacer otra cosa que no fuera competir, y ni siquiera ese acto fue una excepción.
Jordan jugó un tiempo con cada equipo, anotando un total de 37 puntos, dejando un gran espectáculo que el público asistente disfrutó, viendo como el “23” de los Bulls anotaba triples (siete), alguno incluso desde más de siete metros, lograba penetraciones imposibles y realizaba mates impresionantes para el deleite de los espectadores en los 29 minutos que estuvo en pista, acabando con 4 rebotes y 4 asistencias. Y todo ello sin llegar verdaderamente a hacérsele difícil, ya que se trataba de un partido de exhibición, pero no lo parecía ni mucho menos para los que pudieron disfrutarlo.
El partido lo ganó el combinado azul (100 – 87), en el que jugó Michael en la segunda mitad. Si bien la primera parte fue muy igualada (43 – 40), el segundo tiempo fue una exhibición tremenda del ex de la Universidad de North Carolina, que no se fue sin la victoria en el partido y dejó el pabellón bien alto, demostrando por qué sería posteriormente recordado como el más grande de este deporte. 23 por siempre.

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